Asistimos a un constante avance tecnológico, sin embargo, ello no ha evitado una proliferación del interés por los estilos de vida tradicionales, una realidad que se ha podido constatar gracias a la calidad del horno de barro de Pereruela.
No muy lejos de la frontera con Portugal, en la provincia de Zamora, se encuentra el pequeño municipio de Pereruela.
Este rincón de la comarca del Sayago, bañado por el río Duero, cuenta con una tradición alfarera centenaria.
De sus angostas calles han salido cuencos, cazuelas y otros utensilios de cocina con amplia fama a nivel local, pero también a nivel nacional.
Pero quizás, en la actualidad, los hornos de barro de Pereruela son los mayores embajadores de toda una zona geográfica que tradicionalmente ha hecho del tratamiento del barro su seña de identidad.
Estos hornos unen la tradición y la elaboración artesana con conceptos como resistencia y calidad reconocidas. Son estos parámetros los que hacen de los mismos un instrumento idóneo para la elaboración de pescados, carnes, panes, repostería y todo un sinfín de alimentos.
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El horno de leña
El horno de leña es, posiblemente, uno de los dispositivos de cocina más antiguos y, por ello, representa una tradición fuertemente arraigada en la preparación de determinados productos.
Puesto que el funcionamiento es muy parecido al de un horno eléctrico, la lógica de cocción es también muy similar, es decir, la generación de un calor suficiente que permita la adecuada transformación del producto para su consumo.
Sin embargo, hay determinados elementos que convierten al horno de leña en el gran protagonista de nuestros grandes eventos, en particular la utilización de leña como combustible que genera el calor suficiente para la cocción.
La leña, en efecto, además de suponer la fuente calor necesaria para que el horno cumpla su función, proporciona un sabor particular e inconfundible a los alimentos.
Y ese sabor tan especial variará además en función de cada tipo de leña utilizada, pues cada leña genera un olor distinto que se plasma en los alimentos.
En este punto hay que señalar que los hornos de Pereruela son la manifestación de un constante perfeccionamiento que, combinando los mejores materiales y procesos de producción, permite obtener el mejor rendimiento de la combustión de la leña.
¿Por qué el horno de Pereruela es tan especial?
Con mucha probabilidad, el elemento que los hace tan especiales sea su propia composición, pues la combinación de diversos elementos aislantes con barro refractario, obtenido de la fusión de las variantes de barro caolín y barro rojo, hace de estos hornos elementos realmente aptos para ser ubicados tanto en espacios exteriores como en interiores.
Las propiedades de los mismos son tales que garantizan, por un lado, una gran resistencia al fuego y, por otro, un aislamiento del calor, lo que evita que este se disperse fuera de los mismos.
Dicho perfeccionamiento en la gestión del calor es fundamental, ya que es posible cocinar algo por la mañana y posteriormente, horas más tarde, aprovechar los restos del calor principal para cocinar repostería o alimentos que requieren una menor temperatura.
No hay que olvidar, además, que para buena organización de la cocción se deberán tener en cuenta otros elementos tales como el tiro, la puerta del horno o el importante papel de las palas para manejar el producto.
Oferta para toda la disponibilidad de espacios
Otra de las grandes ventajas del horno de barro de Pereruela radica en su tamaño pues, a diferencia de otras opciones en el mercado, este tipo de horno ha sido diseñado para ser instalado tanto en espacios amplios como en otros algo más reducidos gracias a la gran flexibilidad de tamaños que se ofrecen.
En la actualidad, el horno de Pereruela cuenta con hasta un tamaño reducido de 65 centímetros que la gran mayoría de las cocinas puede admitir.
Todo ello unido a su sencilla instalación, ha convertido a los hornos de barro en una ventana de oportunidades para todos aquellos que aman la cocina y, sobre todo, los fogones.
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