¿Te gustaría extraer el máximo partido a tu huerto en el jardín, aunque sea pequeño? Si no tienes muy claro qué puedes plantar, cuándo y cómo, aquí te explicamos cómo sacar partido a tu huerto en el jardín.
Antes de descubrirlo, recuerda que las piedras naturales también pueden ser muy útiles a la hora de decorar el jardín y darle un toque original y diferente.
Índice de contenidos
El mantenimiento de tu huerto en el jardín
Conseguir que el huerto produzca buenos beneficios es bastante sencillo. Y lo fundamental es mantenerlo fértil y cuidado.
Para ello, lo principal es que mezcles la tierra con un buen abono rico en nutrientes. Esto te evitará tener que dejar la tierra en barbecho (sin cultivar, para recuperar nutrientes) de tanto en tanto.
Hacerte con las herramientas y productos correctos para trabajar tu huerto es más que esencial.
Así que acuérdate de ir a tu ferretería online de confianza para encontrar la protección y herramientasmanuales que te hagan tener las armas suficientes para realizar un buen trabajo de jardinería y bricolaje.
Aspectos a tener en cuenta antes de cultivar
Antes de cultivar tienes que asegurarte de algunas cosas:
Eliminar las malas hierbas
¿Has eliminado los hierbajos? Es una operación que tendrás que repetir a menudo, sobre todo en estaciones como la primavera o el otoño.
Las lluvias harán que proliferen ortigas, malvas o cerrajas, y son malas hierbas que no les harán ningún bien a tus plantas. Siempre que puedas, ponte unos buenos guantes (de cuero sintético, a ser posible) y arráncalas a mano.
Labrar la tierra
Si la has abonado, tendrás que labrarla al menos dos veces antes de plantar: una para mezclar el abono con la tierra y otra para abrir los surcos.
Los surcos, además, te servirán para el cultivo de tus plantas. Utiliza una azada adecuada al tamaño de tu huerto: si es muy pequeño, usa una con un mango corto, del tamaño de tu antebrazo; si es mayor, emplea una con un cabo largo.
El cultivo de tu huerto en el jardín
Lo primero que debes saber es que no es necesario que compres las semillas y plantes tus productos desde cero. Todos los semilleros y viveros venden los brotes germinados de cualquier planta que necesites.
Aun así, si quieres tener la experiencia completa, prueba a plantar las semillas en un semillero de poliespán y riégalas a menudo. Pronto tendrás tus propios brotes.
Una vez tengas los brotes (si son tuyos asegúrate de que tienen, al menos, tres centímetros de raíz), es hora de trasplantarlos al huerto.
En las crestas de los surcos, asegúrate de dejar unos ocho o diez centímetros entre brote y brote y abre una profundidad de entre tres y seis centímetros, dependiendo del tamaño de la raíz. Para abrir los agujeros utiliza un cultivador de mano.
Solo hay un caso diferente: el de la patata. Para plantar patatas tienes que abrir agujeros un poco más profundos (con la azada de mano, lo suficiente como para enterrar la patata) donde enterrar media patata con la zona del corte hacia abajo.
Al ser un tubérculo, las patatas crecerán por regeneración a partir de la zona cortada. La época ideal para plantarlas es por febrero o marzo. Podrás recogerlas en torno a mayo.
¿Cuándo debo plantar cada cosa?
Cada planta tiene su estación, aunque algunas se pueden plantar en varias estaciones porque son más resistentes a diferencias climáticas.
Todo depende de su época de máxima floración y, por lo tanto, de germinado del fruto, que es lo que te interesa.
Por ejemplo, el perejil espiga en mayo, por lo que si lo plantas en marzo tendrás para todo el año. Aun así, el perejil puede prosperar en cualquier época del año: los condimentos y las especias son más resistentes.
Si no sabes cuándo plantar cada cosa, aquí tienes unas cuantas ideas para saber cuándo sacar partido de tu huerto en el jardín según cada estación.
Primavera
Es la época de máximo rendimiento del suelo, así que es el momento de aprovechar para plantar tomates, pimientos, berenjenas, calabacines, pepinos e incluso sandías y melones, que son frutas que no ocuparán demasiado espacio en tu huerto porque no crecen en un árbol.
Verano
Si plantaste por marzo o abril, ¡oh, sorpresa!, a principios de verano podrás cultivar una nueva cosecha de todo lo que hayas recogido.
El calor es así, siempre y cuando riegues a diario tus plantas y las mantengas libres de malas hierbas.
Otoño
Con la llegada del frío y las heladas hay que cambiar los cultivos a plantas menos delicadas y de hoja más grande para que puedan aprovechar al máximo la reducción de horas de luz.
Es el momento de las espinacas, habas, ajos, cebollas o cebollinos y todo tipo de coles (en cuya familia también están las coliflores y los brócolis).
Invierno
Es la estación más dura y, por lo tanto, la más adecuada para plantar cereales de crecimiento lento (avena, trigo, cebada…) o de nuevo plantas de hoja ancha como espinacas o acelgas.
La cosecha de los huertos en el jardín
Salvo en invierno, que recogerás sobre todo coles, repollos y plantas de hoja grande, prácticamente durante todo el año puedes sacar partido a tu huerto en el jardín.
Y si es lo suficientemente grande y le has dedicado tiempo y paciencia, en verano puedes tener una amplia cosecha incluso de cereales, que es lo que más tarda en crecer y madurar (entre cuatro y seis meses).
Casi todo lo que plantes, si lo mantienes libre de hierbas y con un riego constante, deberías poder cosecharlo en un periodo de tiempo de entre dos y cuatro meses.
Algunas plantas, como los calabacines, los tomates o los pimientos, podrás cosecharlos incluso hasta dos veces al año: en primavera y en verano, dado su escaso tiempo de maduración.
A veces una epidemia o un mal temporal pueden echar al traste todo tu trabajo. Por desgracia, con los cambios atmosféricos no se puede hacer nada, pero con las epidemias y plagas sí.
Lo mejor es preguntar por los productos más adecuados para combatirlos, pero si no quieres dejarte un dineral puede remediarlo con un truco casero: zumo de ajo.
Tritura una cabeza de ajos y dilúyela en un litro de agua. Elimina los tropezones y pulveriza el resultado sobre tus brotes una vez a la semana. No huele muy bien, pero es efectivo y ecológico.
El truco del manazas
El clásico riego a través de las acequias no falla nunca, pero cada vez está más extendido el riego por goteo.
Se colocan unos pequeños tubos de goma que recorren las calles de plantas de tu huerto y mediante pequeños agujeros se va dejando que el agua caiga a la tierra desde el interior del tubo.
Te ahorrarás mucho tiempo para regar porque tan solo tendrás que abrir la llave del agua del grifo al que lo hayas acoplado y el sistema hará el resto por sí solo.
Si te ha gustado saber qué pasos debe seguir para sacar partido a tu huerto en el jardín, tampoco te puedes perder nuestro post sobre consejos para elegir el mejor tractor cortacésped.
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